Como Florinda Soriano la inscribieron, pero los campesinos sin tierra la renombraron Mamá Tingó.
En noviembre de 1921 nacía en Villa Mella aquella mujer que, con el bautismo en la Sabana del Espíritu Santo, se fue a las lomas de Hato Viejo a trabajar y a entregar la vida por los desamparados de la tierra.
Los 70 fueron años de intensas luchas democráticas por los derechos humanos en los que, comprometida y firme, esta heroína, mujer negra, campesina y pobre, puso ovarios a la dignidad.
A 55 años de iniciarse la reforma agraria en nuestro país, a 43 años del asesinato de Mamá Tingó y con la entrega hoy de 2,010 títulos de propiedad a parceleros de Reforma Agraria, recordamos agradecidos la valentía de Mamá Tingó. El pañuelo anudado en su cabeza se torna bandera de justicia y de cariño.
Con el grupo Convite subimos la salve a Tingó.
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