- Por RAFAEL PERALTA ROMERO
l presidente de Venezuela estĆ” afectado de un delirio que lo induce a la falsa creencia de que puede abrazarlo todo, comprenderlo todo y de que es un sujeto suficiente para manejar todas las instituciones de ese paĆs. La alucinaciĆ³n de NicolĆ”s Maduro le ha permitido la cadena de desaciertos en los que ha incurrido para menoscabar la democracia y la paz.
Somos Venezuela es una nueva agrupaciĆ³n polĆtica, patrimonio de Maduro, con la cual el mandatario procura asegurarse un apoyo exclusivo, al margen del oficialista PSUV (Partido Socialista Unitario Venezolano). El PSUV cuenta con una estructura y al menos una militancia que ha creĆdo en su retĆ³rica presuntamente revolucionaria.
¿Maduro es Venezuela? Parece que Ć©l lo cree. No solo se propone unas elecciones presidenciales sin que la oposiciĆ³n tenga derecho a presentar candidatos, sino que tambiĆ©n requiere prescindir de competencia interna en el chavismo. Los potenciales oponentes han sido liquidados con todo tipo de artimaƱas, incluida la persecuciĆ³n judicial.
Dado que adelantĆ³ la fecha de las elecciones, para que sean en abril y no a fin de aƱo, en cualquier momento serĆ” proclamado candidato presidencial con altĆsimo porcentaje de sufragios. A tal fin ha procreado el referido seudopartido, constituido por adlĆ”teres. Nadie osarĆ” -justo es presumirlo- disputarle la candidatura presidencial.
Posiblemente Maduro, que no es hombre de mucha lectura, haya escuchado que alguien dijera alguna vez “El Estado soy yo” y le haya parecido adecuada la idea para acomodarla a su sentido omnĆmodo de ejercer la polĆtica. Definitivamente, cada movimiento de este hombre acentĆŗa la generalizada apreciaciĆ³n en torno a su vocaciĆ³n totalitaria.
Una incondicional de Maduro, encargada de la llamada Asamblea Constituyente, la seƱora de nombre Delcy RodrĆguez, ha dicho: “Vamos a adoptar una decisiĆ³n histĆ³rica frente a las amenazas imperiales que se ciernen contra nuestra patria, que pretenden darle vida a una moribunda oposiciĆ³n tratando de chantajear a nuestro pueblo con sanciones imperiales”.
Es decir no hay chance para la disensiĆ³n, para la competencia democrĆ”tica. AsĆ habrĆ” de crecer el germen de la destrucciĆ³n del rĆ©gimen maduchavista. Lo que ha hecho con sus propios compaƱeros de partido pone a Maduro a caminar descalzo entre piedras filosas. Y hasta recuerda la conveniencia de la teorĆa marxista de agudizar las contracciones.
TambiĆ©n reconforta la declaraciĆ³n del Grupo de Lima, formado por 14 paĆses, que se ha unido al reclamo de otras entidades y personalidades democrĆ”ticas para que el gobierno venezolano se ajuste a los lineamientos de la democracia. Un primer paso serĆa reconsiderar la irregular convocatoria a elecciones anticipadas, maniobra pecaminosa que busca la perpetuidad de Maduro.
rafaelperaltar@gmail.com
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