Por Aurin Carbonell'.-
“...SE FUE AL MONTE A ORAR”(Marcos 6:46)
Consideremos otras circunstancias en las que oraba Jesús: Cuando las presiones y las expectativas de la gente amenazaban con descarriar el plan de Dios para Su vida.Leemos en la Biblia: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Lo buscó Simón y los que con Él estaban, y hallándolo, le dijeron: —Todos te buscan. Él les dijo: —Vamos a los lugares vecinos para que predique también allí, porque para esto he venido. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea...” (Marcos 1:35-39). La enseñanza aquí es: a menos que entiendas el plan de Dios y te mantengas fiel a él, otros tratarán de planear tu vida.
Con el éxito asombroso que Jesús tuvo en cada ciudad que visitaba, muchos predicadores se hubieran quedado allí, edificado una iglesia y disfrutado de los elogios y recompensas de su ministerio. Pero no Jesús; Él se movía por parámetros distintos. Cuando consideras en retrospectiva algunos de tus errores, te darás cuenta de que tomaste decisiones condicionado por la presión, y no en oración. Cuando no oras, te vuelves descuidado. Dios tiene un plan para tu vida, y un calendario. Para estar en armonía con ellos debes orar continuamente. Jesús sabía que el tiempo para cumplir la voluntad de Su Padre era limitado y eso le dio la capacidad de saber elegir qué hacer y qué no hacer. Tú has sido llamado a amar a la gente y a agradar a Dios. La seguridad que te da la oración es saber que estás operando dentro de Su voluntad (ver 1 Juan 3:21-22).
Bendiciones
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