Un periodista brasileƱo recaba testimonios de dos personas que aseguran que el lĆder nazi fue enterrado en un bĆŗnker en la capital de Paraguay dos aƱos despuĆ©s de su muerte en febrero de 1971, ocurrida supuestamente entre Chile y Argentina.
Adolf Hitler no muriĆ³ en BĆŗnker de BerlĆn en 30 de abril de 1945, sino en algĆŗn lugar entre Argentina y Chile el 5 de febrero de 1971. Y posteriormente fue enterrado en la capital de Paraguay. Es la teorĆa que sostuvo el periodista brasileƱo Marcelo Netto en una entrevista a la cadena de televisiĆ³n rusa Zvezda.
Para apoyar esta revolucionaria versiĆ³n del final del lĆder nazi, el periodista se basa en los testimonios de dos personas que afirman que Hitler fue enterrado en la AsunciĆ³n en la dĆ©cada de 1970. El periodista entregĆ³ a la cadena rusa un videofragmento de entrevista que concedida por el sargento brasileƱo Fernando Nogueira de AraĆŗjo, quien afirma que el primero de enero de 1973 asistiĆ³ al entierro de Hitler en un bĆŗnker en AsunciĆ³n, adonde fue trasladado desde algĆŗn lugar situado probablemente en la frontera entre Chile y Argentina dos aƱos despuĆ©s de su muerte.
Este testigo y el periodista creen que el cuerpo de Hitler permanezca, probablemente junto con los cuerpos de otros nazis, todavĆa en este lugar, donde se levanta desde 2003 un hotel. Este terreno, al igual que hace medio siglo, pertenece a una organizaciĆ³n que ayudaba a los asilados alemanes y fue elegido como lugar de enterramiento para Hitler probablemente porque ahĆ hubo un bĆŗnker que sirviĆ³ de refugio a nazis huidos, cree Netto.
El funeral
De acuerdo con Nogueira de AraĆŗjo, el funeral tuvo lugar en "en un terreno abandonado" donde habĆa una "pequeƱa colina parecida a un tĆŗmulo" y estructuras subterrĆ”neas de tres plantas. AllĆ tuvo lugar la ceremonia funeraria, en la que uno de los presentes contĆ³ "con pesar" que en febrero de aquel aƱo se cumplĆan dos aƱos de la muerte de Hitler, mientras se escuchaba un ruido "como si alguien estuviera nivelando el cemento".
Este testigo tenĆa entonces 29 aƱos de edad, y fue invitado a la ceremonia por un amigo hijo de un nazi que se trasladĆ³ a Brasil despuĆ©s de la guerra. Pero en aquel momento el hombre no supo que estaba siendo testigo del entierro de Hitler, que tenĆa lugar "bajo sus pies".
Segundo testimonio
La versiĆ³n sobre la segunda inhumaciĆ³n de los restos del lĆder nazi en Paraguay estĆ” parcialmente demostrada por otro testimonio, asevera Netto. A juicio del periodista, en la ciudad argentina de Bariloche una mujer que nada sabĆa sobre el primer testimonio le contĆ³ que conocĆa a una amante de un piloto nazi que exhumĆ³ y trasladĆ³ los restos de Hitler a AsunciĆ³n junto con el cĆ©lebre piloto alemĆ”n Hans-Ulrich Rudel.
VersiĆ³n oficial
Las versiones alternativas sobre la muerte de Hitler abundan porque su restos ardieron tras su muerte. De acuerdo con la versiĆ³n oficial, el exlĆder germano se suicidĆ³ en su bĆŗnker en la capital alemana rodeado por el EjĆ©rcito Rojo. Solo serĆa identificado posteriormente a travĆ©s de los dientes de su mandĆbula inferior.
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