En marzo Raquel Sabz, residente en Nueva York y una simple aficionada a la red social Instagram, se topó con la cantante Beyoncé y su hija en el barrio de Brooklyn.
Sabz no se lo pensó dos veces: sacó su celular, apuntó a la diva y capturó una instantánea que colgó en su cuenta en la red social.
Poco después, un medio le compraba la foto y la distribuía en publicaciones como People, The Huffington Post y New York Daily.
Sucesos como éste hacen que algunos se planteen si la omnipresencia de los celulares inteligentes, el auge de las redes sociales y la internet está poniendo el peligro el trabajo de los de por sí ya polémicos paparazzi.
Fotos devaluadas
Famosos como Rihanna, Justin Bieber o Lady Gaga también utilizan Instagram para colgar fotografías personales, que luego pasan a figurar en medios dedicados al seguimiento de celebridades.
En este contexto, y tras lo ocurrido con Beyoncé, Molly Goodson, editora en jefe de la publicación estadounidense PopSugar, admitía que en "un mundo hiperconectado donde todos llevan una cámara, el avistar a un famoso no vale tanto como antes".
Según Goodson, hoy en día es difícil poner precio a una fotografía dado que ésta aparece primero en redes sociales como Twitter, Instagram y Facebook, lo que hace que se adquieran por una fracción de los altos precios que solían tener históricamente.
"Se devalúa por el hecho de que ya está ahí", apuntó.
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